Yo esperaba que vinieran a buscarme animales místicos, concretamente, seres que habitan en el agua.
Todavía no.
El viento agitó el agua y no pude seguir haciéndome la muerta; me encaramé a un tejado desde donde veía la vasta superficie de la ciudad sumergida. La lámina azul se interrumpía con tejados sobresalientes y ramas de árbol. El viento me golpeaba. Un tornado avanzaba desde el noroeste hacia mí.
Era culpa mía, si hubiese sido más lista no habría terminado provocando ese tornado. Ahora él venía hacia mí y quería engullirme y destrozarme. Era mi propio juicio. Culpable. Gotas de agua enfurecida empezaron a pincharme en la cara, disparadas desde la trompa de viento. Cerré los ojos.
Para entonces, ya no podía pensar sino en hacer que todo desapareciera.
Casi como una mano, el tornado me arrancó del tejado y me hizo girar tan rápido que pensé que se me escaparían los ojos y la boca de la cara. Luché contra el aire. Mi cuerpo se movía en todas direcciones sin hacerme caso. Peleé hasta quedarme sin fuerzas. Me dejé llevar.
Haciéndome la muerta, cosa que ya parecía costumbre, empecé a trazar círculos cada vez más pequeños. La velocidad disminuyó, o eso sentí; ya no me parecía violento. Abrí los ojos. Estaba en el último círculo de viento del tornado y podía observar el interior del cono de aire.
El viento tiró de mí hacia afuera pero conseguí mantenerme. Ante mí, pude contemplar objetos de todo tipo, arrastrados por la fuerza del tornado, desde farolas de la calle principal hasta alguna de las vacas que pastaban en los prados momentos antes.
Me balanceé y salté al centro.
El silbido del aire me pareció constante, sordo, y pensé en el silencio.
Puesto que la ciudad estaba inhundada, la parte más baja del tornado estaba hecha de agua. Jirones de verdes y azules y malvas y azules y verdes. Vi aparecer y desaparecer algunos de los animales mágicos que había estado esperando, todos girando como figuras de un carrusel.
Caminé dentro del tornado por toda la ciudad, manteniéndome a distancia de las paredes de aire hasta que se hizo de noche. El tornado recortaba un círculo de cielo lleno de estrellas y en algunos momentos pude ver la luna. Decidí abandonarme al viento circular, haciéndome la muerta, para poder dormir un poco.
Recorrí las calles de mi ciudad pidiendo un poco de paz. Un loco conjugó el verbo pacer para mí -yo pazco tu paces él pace- y se marchó lanzando aullidos y risas por una calle que yo nunca había visto; era un inmortal, reconocería esa risa en cualquier parte.
Gritó:
- ¡tú, vaca! ve a pacer con tus hermanas. Todas se han tumbado sobre la hierba asturiana. Lloverá mañana, eso es seguro. ¡Tú, vaca! ¡ve a hacerte la tonta en los prados!
Corrí.
Me senté en la plaza y comenzó la tormenta. La fuente derramó un océano por todas partes.
Otra vez.
Todo inhundado.
- Pronto vendrán las sirenas y los caballitos de mar -pensé-, lo mejor será hacerme la muerta en el agua, para no cansarme y esperar a que lleguen.
Se me amontonan los recuerdos con este calor. Una cosa que también le dije al médico después de colocarme el brazo, atontada por el dolor, que soy muy física, en el sentido de que noto mucho mi cuerpo y todos sus músculos.
El calor me trae un montón de cosas a la memoria. Miles de asociaciones unidas al sol ardiendo.
(Mejor así, concentrada en algo que deshaga ese sol agotador...
_.._
La bebía en la paciencia del calor,
cuando el cielo agotaba mi frente.
Ella entraba con un beso,
como una animal de hermosa piel
por mi garganta y mi pecho.
Su cuerpo cambiaba para mi,
silenciosa y sencilla.
La buscaba en la paciencia del calor,
como cualquier mortal.
Si cerraba los ojos, veía
ríos que bajaban montañas
o mares que bañaban costas.
Yo la bebía
y éramos felices así;
ella calmando mis ansias,
yo dándole razón de ser.
_.._
... como beber agua y darse duchas cada hora hasta que se hace de noche.)
"No puedo estar seguro de nada de ello, pero el hecho es que las palabras palacio de la luna empezaron a apoderarse de mi mente con todo el misterio y la fascinación de un oráculo. Todo estaba mezclado en ellas al mismo tiempo: (...)"
pág. 43, El Palacio de la Luna, Paul Auster
Como por ejemplo que Adán y Eva es nada y ave al revés.
Si nada, digo yo, que debe de ser un pez.
Si él es pez y ella es ave, tendrán que hacer el nido en la orilla...
(o en la luna, como dice abajo Cyrano); separatidad.
Claro que, si es ave y nada, también puede ser un ave que nada.
Viajes a la luna.
Son maneras muy distintas de decir lo mismo.
"- Sólo tenía treinta y seis años -dije-, y hasta la fecha nadie sabe si fue un accidente o no. ¿Le asesinaron sus enemigos, o fue una simple casualidad, el ciego azar que arrojó la destrucción desde el cielo? Ah, pobre Cyrano. No era ninguna quimera, amigos mios. Era un ser de carne y hueso, un hombre de verdad que vivió en el mundo real y en 1649 escribió un libro sobre su viaje a la luna. Puesto que se trata de un realato de primera mano, no veo por qué podría nadie poner en duda lo que dice. Según Cyrano, la luna es un mundo como éste. Vista desde ese mundo, nuestra tierra tiene exactamente el mismo aspecto que la luna desde aquí. El jardín del Edén se encuentra en la luna y cuando Adán y Eva comieron el fruto del Árbol de la Ciencia, Dios los desterró a la tierra."
pág. 49
- El Palacio de la Luna, Paul Auster
Danza de un sueño es un dibujo en acuarela que poco se parece al que aquí posteo. Éste, todo sea dicho, me gusta más. Este poema no está escrito para este dibujo, ni el dibujo está hecho para el poema, pero se llaman muy parecido, aunque el poema no tiene nombre.
_.._
He cogido el sol con la boca,
he bebido el océano
y he dormido sobre el hielo.
En el camino me contaron leyendas de todo tipo.
Esto es lo que el cielo no sueña:
el olor de la mujer y sus suspiros,
la voz del hombre y sus abrazos;
el latido acompasado de los que duermen juntos esta noche.
He cogido el sol con la boca,
he bebido océanos
y he dormido sobre el hielo.
Esto es lo que el cielo no sueña:
el olor de la mujer y sus suspiros,
la voz del hombre y sus brazos;
el latido acompasado de los que duermen juntos esta noche.
No tengo ninguna gana de hacer declaraciones.
Ni siquiera tengo ganas de hacer preguntas, ni de desear nada, ni de imaginar nada.
Sólo estar, leer y mirar.
Hércules y los pájaros del lago, Gustave Moreau
Quedarse es la única manera de estar siempre en casa, hasta el fin del mundo, sin vender el alma.
Nadando, un movimiento demasiado fuerte bajo el agua, estaba enfadada...
ay!
-me duele el brazo
-será un tirón
-me duele mucho
-toma hielo
-no lo puedo mover...
-bueno, tranquila
-sí, vale, ya me calmo
así una hora...
yo pensaba, el dolor es breve y se olvida rápido, en cierta manera es interesante tener esta oportunidad... locuras de fight club.
dos horas después
- bueno ya, me duele DEMASIADO
hospital
y al final...
Tenía el hombro muy lejos de donde tenía que estar!!
y yo disculpándome por quejica!!
por llorar de dolor por un simple tirón muscular!!
Luxación. Dos médicos han tenido que colocarme el hombro en su sitio, he pedido disculpas por los gritos... para habernos visto, cómo tiraban, uno para un lado y otro para otro, qué dolor.
Y yo, que no pierdo la pedantería ni en ocasiones extremas, citándole a Kant...
- muy imaginativo este sistema de recolocar un hombro.
- Sí, sin imaginación no se va a nigún sitio
- Dice Kant que hace falta imaginación y entendimiento para un conocimiento general...
si es que no tengo rememedio
antes de la escenita, yo tarareando en una sala donde me dejaron sola...
todo para no pensar en el dolor. A veces parece que estoy loca.
Esto me pasa por pelearme con el agua en lugar de nadar, dos semanas con el brazo inmovilizado, qué me dices, pues que no sé si me presentaré a algún examen (si es que me los hacen orales o por ordenador)...
de momento no puedo conducir y como vivo en casa dios...
ay ay ay... medea, medea
en fin,
de coña...
ya no me acuerdo de ese dolor tan bruto y tan intenso, casi parece ficticio todo,
pero me duele al escribir, así que ciao.
es una película de 1998, cubana, dirigida por Fernando Pérez.
En realidad este caracol avanzaba hacia allí ------>
y era de color tierra, pero al editarlo y cambiarle los colores,
toqué algo que le hizo darse la vuelta...
No me dí cuenta, lo guardé y así se queda
En fin,
caracoles, que pueden viajar sin sentir nostalgia de su casa,
que no se arrastran, sino que están más cerca de la tierra, y que,
por cierto, ven mucho más lejos de lo que parece.
- Papá
dijo el imberbe
- Mesía
dijo el fiel
- Rey
dijo el francés
- Dios
dijo el obispo
y todo siguió en silencio;
todos estaban muertos.
La biografía de Des Esseintes,
À Rebours de J. K. Huysmans, ofrece
la nosografía [clasificación de enfermedades]
de una sociedad putrefacta de materialismo.
Barbey d'Aurevilly, Novela Contemporánea (1902)
Sobre el siglo XIX
Si el romanticismo había exaltado la capacidad del genio y la facultad de la imaginación desde una óptica vitalista,
el cambio del escenario natural al artificial, la industrialización y la sociedad de masas, y la transición de la mirada trascendental a la analítica, el positivismo y el cientifismo,
harían del decadentismo una tendencia pesimista que se ahogaba en sus propias fantasías de degeneración y soledad.
Sobre el tipo decadente... que no resulta tan ajeno.
L´imagination est une reine sans contrôle (
); rien ou presque rien de la vie réelle; nulle philosophi, nulle morale.
La imaginación de la que habla Désiré Nisard (1834), hace que el hombre pierda la visión de la realidad y de la jerarquía real de las cosas, concentrándose en los detalles.
La estética acaba por anular lo propiamente humano.
EL TIPO DECADENTE
Je suis l´empire à la fin de la decadence
Paul Verlaine (1844 1896)
El Decadentismo supone la huída/caída hacia el interior de uno mismo; allí los símbolos son familiares, llenos de un significado íntimo que protege y asegura; una casa.
Los decadentes, abrumados por la conciencia de su soledad, sienten su condición de seres humanos como degeneración constante; se ven pequeños ante el mundo y buscan objetos de culto que adorar y admirar, o por los cuales ser admirados.
El decadente está atrapado entre dos tendencias opuestas: sus necesidades e impresiones que recibe del mundo y el deseo hacia lo eterno. Ese dilema y la incompatibilidad de ambas tendencias produce la desilusión, frustración y apatía características del decadente.
Su manera de enfrentarse a la nueva conciencia moderna (el individuo libre) es someterse, buscar un vínculo (algo/alguien más fuerte/hermoso) que le libere de la necesidad de valerse por sí mismo, algo que cure el sentimiento de levedad del ser.
En ese intento por encontrar un vínculo más fuerte que el de la realidad, los decadentes deforman el mundo, sometiéndolo hasta convertirlo en un esperpento, donde finalmente son engullidos por su propia imaginación, ya que el desencanto es inevitable.
El momento en el que el artificio se revela, el esperpento resulta ser el propio decadente, que ve lo que ha hecho de sí mismo. El sentimiento de culpa y desolación deja como única acción posible la búsqueda de un nuevo ídolo (el Des Esseintes de Huysmans y el propio Huysmans o el Don Juan de Valle-Inclán)o la autodestrucción (Dorian Grey de Oscar Wilde y Des Esseintes).
Las palabras de Calinescu sobre el decadentismo (en su obra las cinco caras de la modernidad) apaciguan ese sentimiento de desolación; decadencia y progreso sólo son excluyentes al nivel más crudo de la comprensión.
Años después del decadentismo, en la primera década del siglo XX, las teorías de Freud incorporaban el subconsciente como condicionador de la razón y las teorías de Einstein parecían desafiar al sentido común.
Mientras, el arte se lanzaba a descubrir lo no-evidente y a experimentar con la imaginación, el subjetivismo, el propio arte y la libertad de acción.
La sutileza evanescente, refinamiento enrarecido y artificiosidad recargada dieron el salto al arte del siglo XX con otras formas de arte que despreciaban la atmósfera de invernadero agobiante de la decadencia; las vanguardias.
Mi última máscara vista:
la que haría de un hombre un enano.
No me he puesto triste, no me importa dejarla caer
...
Me encuentro en una sala grande con lámparas de cristal.
Carnaval, un baile por todo lo alto, es una mascarada.
Yo tengo una careta lisa y blanca, con una varilla fina de plata,
y no me la quiero quitar.
Veo a un hombre que se acerca,
es Bowie, este es su castillo.
Me invita a bailar.
Me quito la máscara
y le digo que me acuerdo de los últimos versos.
(30 de Marzo 1844 - 8 de Enero de 1896)
Met ton front sur mon front et ta main dans ma main,
Et fais-moi des serments que tu rompras demain,
Et pleurons jusqu'au jour,o petite fougueuse !
Pon tu frente sobre mi frente y tu mano en mi mano.
Y hazme los juramentos que romperás mañana.
Y lloremos hasta que amanezca, mi pequeña fogosa.
Lassitude
LASSITUDE
De la douceur,de la douceur,de la douceur !
Calme un peu ces transports fébriles,ma charmante.
Mème au plus fort du déduit parfois,vois tu,l'amante
Doit avoir l'abandon paisible de la soeur.
Sois langoureuse,fais ta caresse endormante,
Bien égaux tes soupirs et ton regard berceur,
Va.L'étreinte jalouse et le spasme obsesseur
Ne valent pas un long baiser,mème qui mente !
Mais dans ton chère coeur d'or,me dis-tu,mon enfant,
La fauve passion va sonnant l'olifant !...
Laisse-la trompetter à son aise,la gueuse !
Met ton front sur mon front et ta main dans ma main,
Et fais-moi des serments que tu rompras demain,
Et pleurons jusqu'au jour,o petite fougueuse !
Paul Verlaine
LASITUD
...
Sé lánguida, haz tu caricia mimosa;
yo prefiero el suspiro y la mecida mirada.
El espasmo de la hora violenta
no vale un largo beso, aunque me mienta.
Pero se desborda tu corazón de oro, dices, mi niña,
y que grita en tu sangre la más loca pasión;
deja que clarinee la fiera voluptuosa.
Pon tu frente sobre mi frente y tu mano en mi mano.
Y hazme los juramentos que romperás mañana.
Y lloremos hasta que amanezca, mi pequeña fogosa.
No te asustes.
Tienes razón, ya es suficiente.
No sé cómo ponértelo fácil.
Dime quién eres.