uf.
que bien sienta.
... deberias venir conmigo porque desde la carretera no vas a ver nada...
Heroes, Ray Loriga
no me detendre por ahora en comentar eso y esos y esas que mando al carajo... baste decir que sienta fenomenal.
Últimamenta, antiguas ambiciones.
No tengo ganas, o sí, sencillamente. Estoy mas del lado de acá... disfrutando de una autoestima primaveral y simplificando mi vida del tirón...
... sin maldad, pero
en fin...
qué grande es Almudena Guzman.
Qué hago yo aquí medio borracha
escuchando a este cretino
que sólo sabe hablarme de la mili,
mientras me tapa baboso la calle y la vida
con su espalda.
Y encima estoy sin tabaco.
(Menos mal que desconecto en seguida
pensando en ese géiser de besos
que le provocaré a usted, sin duda,
cuando su camisa se digne o se resigne
a dejarse desabrochar por mi mano.)
A usted, Almudena Guzman
tienen este libro de poemas entero en esta direccion
http://aguaenelagua.iespana.es/poesolos/usted.htm
AMOR de los incendios y de la perfección, amor
entre la gracia y el crimen,
como medio cristal y media viña blanca,
como vena furtiva de paloma;
sangre de ciervo antiguo que perfume
las cerraduras de la muerte.
Blanca Andreu,
De una niña de provincias que se vino a vivr en un Chagall
no hay verdad de los hechos,
por ninguna parte,
así que intento mentir mejor
y hacer literatura.
Haciendo trabajos
6.521 La solución del problema de la vida está en la desaparición de este problema.
El hombre habla en cuanto corresponde al habla. Corresponder es estar a la escucha. Hay escucha en la medida en que hay pertenencia al mandato del silencio.
El sonido del silencio no es nada humano, dice
Heidegger,
Pero a mi me parece que el silencio puede ser también lo más humano, el origen de Dios e incluso de la compañía, parecen una respuesta a ese silencio. Sin más, Wittgenstein terminó un revolucionario tratado de lógica diciendo que de lo que no se puede hablar, lo mejor es callarse, que en la edición que yo leí venía traducido por cerrar la boca. Lo mejor es callarse y frente a esto, algunos años más tarde y con el mismo tono de voz, Ludwig se da cuenta de que hablar es un juego; igual que juega un perro para aprender sus cosas de perro; el ser humano habla para aprender sus cosas de ser humano.
Lo malo es que el lenguaje también revoluciona y absorbe porque Wittgenstein entendía eso que no se puede decir y que sin embargo se dice detrás de las palabras. De una cierta manera todos estaban buscando el no habla dentro del habla, pero la distancia con el objeto es imprescindible para el análisis, para ser objetivo y poder observarlo; ¿cómo se habla del silencio?
La palabra ya destruye la premisa fundamental del teatro del habla para expresar de sí misma; materializar algo positivo en la conciencia del otro; ¿cómo hablar de la no existencia? Por sí misma, la palabra sobre la no existencia traiciona claramente la mascarada de la representación. Hablar sobre no hablar no puede intentar presentar nada, pues es lo opuesto de lo que quiere representar.
Ante esto, Wittgesntein alza la voz de un intelecto de matemático y filósofo, exponiendo lo que al sentido común le parece obvio bajo el lenguaje científico: Lo mejor es callarse.
6.5 Para una respuesta que no se puede expresar, la pregunta no puede tampoco expresarse.
No hay enigma.
Si se puede plantear una cuestión, también se puede responder.
El juego del habla se recrea en sí mismo hasta sus propios confines y vuelta; Ludwig quiere poner en alarma a aquellos para quienes el habla puede ser un fetiche, al cientificismo de las letras, donde no hay soluciones ni problemas sino discursos.
6.4312 ¿Se resuelve quizás un enigma por el hecho de que yo sobreviva eternamente? Y esta vida eterna ¿no es tan enigmática como la presente?
Sus intenciones de devolverle al lenguaje su vigor dándole un valor definitivo se expresa en la estructura del tractatus .....blablabla
Wittgenstein ridiculiza a su manera el pensamiento vacío de una solución cuyo problema es la ficción de un enigma. La crítica hacia un pensamiento que se regodea en sí mismo, sin lógica.
6.54 Mis proposiciones son esclarecedoras de este modo: que quien me comprende acaba por reconocer que carecen de sentido, siempre que el que comprenda haya salido de ellas a través de ellas. (Debe, pues, por así decirlo, tirar la escalera después de haber subido.)
Las palabras de Wittgenstein en éste penúltimo párrafo del Tractatus parecen intentar dirigir el pensamiento de la razón hacia el sentido de su propio razonamiento; la superación de las proposiciones, a través de ellas; la superación del silencio, en cierto modo, resulta de la mirada hacia el discurso interno, donde se encuentran las respuestas que no tienen pregunta y las preguntas que no tienen respuestas, son quizá discurso (blabla¿??).
Wittgenstein disecciona las ideas con las palabras, midiendo las implicaciones y sosteniéndose siempre en un principio de construcción; hablar de lo que sí se puede hablar. Con ello, Wittgesntein considera que ha resuelto un problema clave para la filosofía, ya que todo lo que no pueda ser dicho quedará visible en el análisis lógico y no entorpecerá el pensamiento del filósofo.
6.52 Nosotros sentimos que, aun cuando todas las posibles cuestiones científicas hayan sido respondidas, el problema de nuestra vida no ha sido penetrado aún. Desde luego que no queda ya ninguna pregunta, y precisamente ésta es la respuesta.
Wittgenstein volvería sobre estas afirmaciones para refutarlas con el inconveniente fallo expuesto en sus Investigaciones Filosóficas; los juegos del lenguaje
no va a ser plan de colgar todo el trabajo.