Mis perspectivas de tener el corazón más grande acabaron por dejarme hecha solo corazón. Empezando por enamorarme como una niña y siguiendo por confiar en otros mas de lo que confiarían ellos en sí mismos. A pesar de mantenerme en la finísima línea entre dar y tomar, esta vez, envuelta en un panorama existencial de incertidumbre e inseguridad, tanto en lo profesional-académico como en el interminable camino del autoconocimiento, terminé haciendo caso de una voz interior ideal que me dictaba pautas y no me dejaba pensar.
La cantidad de cosas que me he callado, evidentemente, tenía que explotar... al carajo la comprensión vestida de compasión. Hasta fui a hablar con una psicóloga que sin despreciar la profesión- resulto ser mas tonta que yo.
desde dejarme arrastrar y perder mi propia dirección por el antojo y el capricho hasta promulgar la eternidad y hablar de compromiso, además de llorar en lugar de pensar... todos los errores posibles y típicos de las mujeres mas dependientes y empalagosas que se pueden imaginar, todos los errores de una niña. Afortunadamente, un pequeño resorte de dignidad o sentido común me impidió alcanzar las cotas mas escandalosas -de qué- de tonta o de loca supongo.
Si bien pase siete años haciendo de mujer fatal valga la expresión, que nunca he sido una verdadera mujer fatal-, época en la que por cierto siempre me fue bien, ahora ya he pasado otros cuantos haciendo practicas de santa, que tampoco ha salido tan mal, aunque es obvio donde duelen mas los palos. Conclusión,
si es que las hay
prefiero la lucidez a la bondad y la justicia a la generosidad, que se le va a hacer,
me permito la excusa de que la publicidad de la felicidad de caramelo y plástico de colores es excelente, sobre todo la televisiva y la americana, ellos siempre tan limpios y guapos y majos.
Mi deseo de fin de año ya se hizo realidad el corazón ya lo tengo hinchadito, y ahora lo tengo aguantando la respiración-.
Por fin puedo volver a la normalidad, al escepticismo diurno de siempre y a los sueños de noche, por aquí seguiremos soltando uves, para que no falte la lírica que le falta a todo lo demás.