4 de Octubre 2004

Nuit Blanche

jajajaja

Futxe tu
futxe tu
futxe tu o que cagare no pajeiro
Fuche tu fuche tu
qu'ainda levas a paja no cu

creo que no es exactamente asi... lo recuerdo y veo a "yo" con su risa de guacharo, otra vez otra vez. jeje.
luego me acuerdo de la lucense cantando el se me sube a la cabesa, si no me equivoco la conocereis en Diciembre.
Que bueno leerla madmoiselle anairutsa, me alegra tenerla entre los vivos de nuevo.


El Sabado fue la nuit blanche, os dejo un resumen aqui y una version extendida mas abajo.

Nuit blanche: noche en la que se pretende que la ciudad no duerma.
Tarde del sabado: muere mi movil
22:30
Una vendedor de tabaco me dice una borderia.
Hay una boda en madrid donde no contestan al telefono.
22:45
Un chico frances, estudiante de arte precolombino se rie de mi.
23:30
Desaparecido Mathius y con ganas de no dormir, el estudiante de arte precolombino, una francesa de signo Libra y una servidora, bebemos vodka con manzana en notre-dame. La catedral esta abierta.
Alguien dibuja circulos de fuego en la oscuridad. (aranoa?)
00:30
La catedral esta cerrada.
Una saxofonista habla con un estudiante de arte precolombino en un bar del Quartier Latin.
1:30
un pianista toca fly me to the moon en un bar a pocos metros del anterior
2:30
La cabeza del estudiante cae sobre una mesa y derrama la cerveza
Nos echan del bar
3:00
El estudiante de arte precolombino duerme sobre la acera.
4:00
El estudiante de arte precolombino desaparece
5:00
La francesa de signo libra y yo hablamos junto al sena
6:00
Cojo el metro a casa

12:00
Me despierto con dolor de cabeza
Una tortilla con queso me habla de la pelirroja
Alguien grita mi nombre y algo indescifrable en frances en mi contestador


Empezando por el principio, mas o menos, la noche vino a ser asi

Mi móvil murió y no pude llamar a nadie para quedar por la noche. Nadie, ça veut dire, los franceses del fin de semana pasado, algun erasmus, o a M y J, de la Universidad, que ya está en Paris.
La intención era comprar una tarrjeta de teléfono para recargar el movil a ver si funcionaba y otra tarjeta para la cabina, para llamar a un primo, que apenas conozco, porque se casaba ayer y nena, qué menos que llames para felicitarle, me decía mi abuelita...

- pero quién es?
- Pues C hija! Quién va a ser?! ...
- Y C cuál es?
- Pues con el que mejor me llevo yo!
- Ah (... ¿kjlj?).

Luego, entrar en un cyber y mandar los mails que había escrito, llamar a alguien por si estaban por el centro, y dar una vuelta por Paris para ver la tal nuit blanche -noche en vela-, durante la cual abren hasta tarde edificios como el Hôtel de ville o Nôtre-dame, hay performances y obras de arte por las calles, muchísima gente y conciertos por todas partes y blablabla... Algunos sitios cierran al alba y otros a las doce. Al parecer es el cuarto año que lo hacen y este año lo hacen también en Roma.

En la cola del tabac, para comprar las tarjetas, no encuentro la tarjeta de crédito. Un tipo se pone a mi lado y empieza a hablarme. Tengo que vaciar el contenido del bolso en el mostrador –estoy nerviosa porque es tarde y no me va a dar tiempo a llegar al cyber antes de las doce-.

- Prennez votre temps, madame, vous avez seulment cinq clients qui attendent…
- mais, oui, monsieur, je sais, excusez-moi…

el tipo que me hablaba le dice algo también para que me deje buscar en paz. Curiosamente, este tipo no me molesta, no parece esperar obtener nada, pero yo no tengo tiempo y le respondo rápido. Me habla un poco en español. En algún momento me dice que estudia arte precolombino. Encuentro la tarjeta y salgo a llamar. El tipo me señala una cafetería cercana donde está con un amigo. Que me pase.

Nadie coje el teléfono en la boda.
El cyber ya lo habrán cerrado, son casi las doce.

Con el tipo, Victor, hay una chica, Cecile. El otro tipo, Mathius, ha desaparecido y V pasa toda la noche llamándole de vez en cuando o haciendo que se lo encuentra entre la gente. Nos vamos los tres hacia Nôtre-dame. Frente a la puerta central, Cecile me enseña cómo a un lado de la balanza se colocan los pecadores, llevados por el diablo con una cuerda, y al otro los bendecidos, guiados por un ángel, también a Adán y Eva, uno en cada extremo de la pared frontal de la catedral.
La catedral está abierta y a las dos nos hace ilusion entrar así por la noche, pero antes vamos a bebernos una botella de vodka con manzana que trae Cecile.
En la plaza hay gente haciendo cariocas de fuego –me imagino a la zìngara haciendo cariocas en la plaza de Nôtre-dame-, otros con tambores y un tipo que canta canciones conocidas, desde Buenavista Social Club a Tracy Chapman. Cecile me señala una estatua, me dice que es Carl Mañ,

- c’est qui?
- Carle Magne, tu vois, le mec qui blablabla.
- Ah, ouai, ouai.

Pasamos como una hora en la plaza hablando y escuchando música y bebiendo y liando cigarrillos. C’est la vie a roller, dice Cecile.
Son las doce y media. Nos cierran Nôtre-dame. Á la prochienne Nuit Blanche...

Vamos a un bar. Victor, que se para a hablar con todo el mundo y parece que tiene una llave maestra, consigue una mesa arriba –a compartir con una pareja-, donde están tocando un trío de músicos; un batería, un pianista y una saxofonista y vocalista... Resulta que el tipo que nos atiende es de Vallecas y se dirige siempre a mi, en español, para ver qué tomamos, nos dice a ver familia.... Tomo ron con limón y hielo. A las dos acaba el concierto y el tipo de Vallecas me invita a un chupito de ron. Compatriotas.

Salimos Cecile y yo del bar. Victor se ha parado a hablar con la saxofonista. Cecile lia un cigarrillo. Voy al baño. Victor se ha parado a hablar en la barra con una argentina. Empezamos a caminar. Victor se para a hablar con el puerta de un bar.
Cecile estudia arqueología, estuvo en EEUU un año, hablamos un rato en inglés. Tiene un aire a niña revoltosa, a la vez femenina y basta, que me hace sentir cómoda. Es Libra.

Vamos a otro bar que cierra al amanecer, donde un francés toca jazz al piano, muy emocionado, torciendo el cuerpo sobre el piano en las partes lentas y moviendo la cabeza en las partes rápidas... le pido fly me to the moon. Cecile y victor han desaparecido. Encuentro a Cecile fuera liando un cigarrillo –la vie a roller- y no veo a Victor. Deduzco que estará por el bar hablando con alguien. Consigo una mesa. Nos sentamos. Victor aparece con tres Kroeninburg.
C’est la chanson que tu lui as demandé, dice Cecile. Ah, oui? Me acerco al piano y disfruto como una niña, porque hace unos arreglillos así en el momento, que me hacen cosquillas... toca la melodía en agudos y se va con los dedos a “doblar las notas” como yo digo. Poco que ver con la versión de Sassy. Este jazz. Le digo que si toca summertime me hace feliz y sonríe (pero no estamos cerca del piano y luego se me olvida estar pendiente).

Victor está borracho. Le pregunto a Cecile qué haría el úlitmo día de su vida para averiguar a qué tema puede dedicar la tesis de la maitrisse. J’irais à l’espace, dice. Le digo que haga algo que esté poco investigado, etruscos o minoicos, le digo, o algo de mitología. Dice que eso es lo que le gustaría y se ríe de que yo lo deduzca de su respuesta. Victor deja caer el cuerpo sobre la mesa y tira la cerveza. Nos echan del bar. Cecile esconde las otras dos cervezas bajo la chaqueta y salimos. Entro en el baño. Al volver a la calle, Victor es ese rebuelto de ropa tirado en la acera. Duerme. Cecile fuma. Me siento. Me tararea una melodía que ha compuesto y yo le canto Ooh baby bye bye. Dice que tengo voz de no-sé-qué, que es algo que tiene que ver con un río o con el agua.
Después de levantar a Victor, vamos a las quai, a la orilla del sena, donde tocan los tambores.
Las 4.00. Victor se va a hacer pis.
Las 4.30. Vamos a buscar a Victor.
Las 5.00. Nos sentamos junto al Sena y hablamos un poco.
Las 5.30. Sin noticias de Victor. Hace frío. Iniciamos el camino al metro.
Las 6.00. Nos despedimos Cecile y yo. Bonita noche. Sí.

Las 12.00. Me despierto con dolor de cabeza, busco cómo se dice resaca en el diccionario, gueule de bois. Oigo a Amir abajo. Dice Bonjour. Respondo con un gruñido. Repite Bonjour. Repito el gruñido. Después de la ducha soy persona.

- Bonjour.

Preparo una tortilla con queso y me acuerdo de las resacas de la pelirroja, sobre todo si dormía en mi casa y le daba la alergia, sobre todo de aquella con Bukowsky, carcajadas rotas y dolor de barriga.

El móvil ha resucitado, tengo un mensaje en el contestador y dos llamadas perdidas de numeros franceses.
El mensaje es de las once de la noche. Un tipo francés, quizá Eddy, y consiste en un grito
Diaaaaaaaaaanaaaaaaaa.... y algo en francés que ni Amir ni yo logramos descifrar.
Intento llamar a Eddy y a Thomas pero el móvil ha vuelto a morir.

Escrito por Artemisa a las 4 de Octubre 2004 a las 06:37 PM
Comentarios

Genial tu relato !
estaba buscando información en español de la nuit blanche porque un amigo intervino la iglesia saint-merry... y si bien me envió buenas fotos, no tenía ni una sola letra para mi blog... que de paso te invito a que le des un vistazo... tu narración es lo más fresco y divertido que leí hasta ahora sobre el tema, si estas de acuerdo, me encantaría copiar algo para "artistas de buenos aires" que es el primer blog argentino de arte... saludos desde buenos aires ! angie röytgolz (http://artistasdebuenosaires.blogspot.com/)

Escrito por Angie a las 7 de Octubre 2005 a las 07:33 PM

Fue sin duda una noche en blanco además de blanca.
Envidia!!!!
Besos!

Escrito por odyseo a las 5 de Octubre 2004 a las 11:31 AM
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