Durante quince minutos corrió desorientada por la pieza,
observando las luces y relfejos, las formas de la habitación, corriendo, jadeante.
No hay sueño. Hay sueños que hacen parte de una vida.
Segismundo ha olvidado.
Ha olvidado la mujer rizada.
Ha olvidado la pelirroja.
Ha olvidado el de la piel de estrellas y la lucense, la gata...
parecen haber olvidado todos.
Y si es así lo que parece,
seguramente es que soy yo, y no ellos,
la que tiene algo que pensar.
me reconstruyo
me recombino
subiendo y bajando
estriezos y tropellas
limitando la identidad de poder
replegando la identidad volitiva
la identidad temporánea
cree lo que digo
y avanza más rápido que yo
en tres palabras:
no razonarlo todo
no ser esclava de la razón
porque la vida no es sueño
pero es toda soñada
Pulso de rizoma
siempre es
incontable
relativo
absurdo o importante
es insondable y no me pertenece
no me pertenece
yo le pertenezco