Cubierto y envuelto en sedas exóticas
replegado entre colores místicos
disfrazado de cosas, de seres
decorado a contrapelo con oro y pajas
o cortado por el cálculo del microscopio
como por bisturís de escarcha,
el milagro vulnerable del ser
-víscera pensativa-
sigue siendo un problema.
Das Mann fragt...
pero no hay fallo, es cierto
se puede preguntar
en
humano
por
el deseo
si está
ud.
muy quieto
(la nada,
sonoreada por la voz,
abierta o cerrada entre las palabras,
creyente, creativa, reflexiva...
le rascará con la uña fría
si pregunta)
podría dar algo por sentado...
-quizá con el estómago vacío-
como
que el deseo tenga pies de espuma
o mirada angélica,
que el deseo sea una hormona más
o que sea un instinto imberbe,
que el deseo tenga, en fín, que estar
bien en el alma
o
en el animal.
Qué poco nos cuidaría entonces, ud.,
a todos nosotros.
Hay cosas que no son sólo de uno,
igual que hay cosas que sólo se transforman...
(el mundo
sonoreado por la voz,
abierto o cerrado entre las palabras,
le dará una respuesta,
bálsamo para todo,
sólo
si no deja de moverse
y evita que le cerquen las preguntas)