24 de Noviembre 2007

Interiores IxI

Tan lejos como siempre
y
tan cerca como nunca.

En mi sueño
demasiado corto esta vez,
venerábamos la piel del mundo.

Desperté al otro lado de la ciudad.
Inmensa.
Menos ajena.
Con un nombre abierto
lavado con lava.
Despierta y tanteando
significativas fronteras.

Desperté al otro lado de la ciudad
con la cabeza llena de pájaros
y el rumor de la sal
sobre mi piel, toda caracol.

Desperté al otro lado de la ciudad
con un sueño como un fuego o como una lámpara.

En una respiración he cogido el sol con la boca,
bajo la lengua
como una magdalena
cubierta por una madrugada
derramada cálidamente sobre la escarcha del azúcar.

Entretanto, he bebido océanos,
para negarle el azogue a los espejos
que no conocen su propia piel especular,
cuando el tercer desayuno de la tarde
se deshace en tripas de estrellas con el café
y las revoluciones de la cuchara vienen grandes.

Después de dormir sobre el hielo,
luces ardientes dibujandome al otro lado,
luces
como dedos o letras entre cuerdas vocales
como besos o notas entre cuerdas de tender.

Allí,
he dado un salto
de la luz al alba violenta del acaso
con los ojos abiertos
para traerte algunas palabras de


caminos en
m
i
l
iuna

direcciones
mas acá
del dentro
y
f
u
e
r

a...

Escrito por Artemisa a las 24 de Noviembre 2007 a las 04:50 PM
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