Fui al norte de Francia para participar en un festival de danza contemporánea. Durante toda la semana estuvimos haciendo talleres de danza, yoga y artes marciales. Después, cada noche había una presentación de coreografías -volvimos a presentar la nuestra, la peau, la pulpe et le noyau- y de solos o performances de bailarines. Había gente de Rennes, de Poitiers, de Paris y de Bilbao.
De todo, lo mejor, la gente.
Mi taller, en particular, consistía en relacionar la danza con la pintura y la arquitectura. El lugar donde estuvimos trabajando fue el Museo de Bellas Artes de Nantes, las salas y las escaleras principales. Allí estuvimos bailando; entre cuadros y esculturas, mientras turistas y nantenses paseaban mirando las exposiciones, nosotros, más de veinte personas, bailábamos por todas partes o nos deteníamos en extñas posturas en cualquier esquina, nos tumbábamos en las escaleras, abrazábamos columnas, nos deslizábamos barandilla abajo o girábamos hechos bolitas en el suelo de algún pasillo...
El otro taller era en exteriores, en la calle, y los bailarines se subían a las papeleras, a los bancos, a las marquesinas de tranvía, seguían a la gente o la imitaban y luego le tendían la mano y les daban los buenos días. Si veían a alguien parado en la "escena"" se acercaban a mirarlo y poco a poco se caían al suelo hasta quedarse como dormidos. Después se caían y levantaban los pies dejando a la persona en mitad de un mar de piernas de piernas estiradas y con cara de sorpresa.
Tuve que marcharme un día antes, pero según me han contado, la noche del Jueves, un enorme elefante atravesó la ciudad y dejó sin electricidad a todo el centro... era Royal de Luxe, un grupo de 50 marionetistas que fabrican marionetas inmensas para su espectáculo. Dicen que lo vieron desde el tranvía, y que bajaron corriendo detrás del elefante cuando el tram se quedó sin electricidad para termianr la ruta.
Escrito por Artemisa a las 23 de Mayo 2005 a las 11:44 AM