(Tornado 29/6/04)
this is not really happening
you b e t your life it is
...
rabbit where´d you put the keys girl
Cornflake girl, Tori Amos
Fui escupida por el tornado a muchos kilómetros de la ciudad, sobre una enorme colina, junto a una iglesia de piedra de la que salía mucha gente.
Por un momento pensé que podría estar en la ciudad de otra persona, pero recordé que yo era la única cabeza pensando aquí.
Decenas de vagabundos alargaron sus manos pidiéndome algo y me di cuenta de que estaba desnuda. Corrí hasta un gran árbol contando mis zancadas y me escondí. Pensé en Lilith y busqué a la serpiente. El viento me dijo que el diablo no tardaría.
- ¡Arderás en el infierno! - oí gritar a mi espalda.
Un hombre que salía de la iglesia le gritaba a mi desnudez como si yo no estuviera allí. Me di la vuelta de nuevo, cogí una manzana y se la tiré, me agaché y le ofrecí el culo.
- El diablo no tardará- repitió el viento.
Eché un vistazo a la ciudad. El tornado se marchaba sin dejar graves desperfectos. Alguna vaca magullada y alguna farola rota. Observé cómo se planchaban las aceras, cómo se pintaban los labios, cómo se peinaban los árboles, cómo se vestían las casas.
Pensé que debía encontrar ropa para vestirme yo también. Entré en la iglesia. Alguien me gritó palabras que no repetiré. Dentro de la iglesia encontré un cristo crucificado. Cogí un pañuelo olvidado sobre un banco para usarlo de tapa... en fin, de bragas, y le imité desde la entrada.
De nuevo, volví a escuchar todo tipo de nombres que se referían a mi desnudez, aunque también a mi imitación del Hijo del Señor.
Cuando me cansé de mantener esa postura me crucé con la mirada del cura.
Pensé que me diría algo como arderás en el infierno, pero se santigüó y se acercó a mi muy despacio. Me ofreció una toga blanca. Me besó. Me despedí muy rápido.
Como no habíamos tenido tiempo de sacar los astros al cielo, la madrugada se alargaba. Quizá me diera tiempo a atardecer antes de que mi hermano sacara el sol. Yo quería hacerme de noche.
Salí de la iglesia con aspecto de cristo y oí cantar un gallo. Supe que me había negado alguien a quien yo amaba. Supe que el diablo ya me estaba esperando en algún sitio.
El sol me saludó con una mueca socarrona.
Recogí la manzana y me la comí de camino a la ciudad.
Menos mal que tú también lo viste, ya comenzaba a creer que todo había sido un sueño.
Escrito por apio, la que es prque sino no sería a las 16 de Agosto 2004 a las 06:48 PMBonito relato onírico.
Besos!