24 de Mayo 2004

a veces el mundo es una ensaimada

Todo el fin de semana con la lucense; siete años, nos vemos una vez al año y es mejor que el primer día.

El primer día -de este findesemana-, el viernes, acabo cantándole al taxista mis canciones (y otras más) mientras me bebo lo que me queda de la copa que me he llevado del only you (malasaña).
- es que estoy un poco borracha, suelo ser menos suelta, le digo.
Mientras canto y bebo, intento decirle al taxista por dónde quiero que vaya(Atocha). Todo cortado por la jodida-boda-rana. Conduce mi coche la lucense, yo no soy capaz.
No sé cómo a veces me aguantan. La lucense se queda dormida escuchándome cantar y la pelirroja mira por la ventana y creo que se ríe.
El sábado, acabo bailando desquiciada, escribiendo en papel de báter al que creo que es el anónimo y durmiéndola con la lucense y la pelirroja en mi cama.

El sábado nos vamos las tres a Chueca...

Nada más salir del Truco, después de librarnos de una enorme bollera que nos seguía desde hace rato, casi nos pegamos con un tipo babosísimo que también quería seguirnos.
- que te enchufo...
- no es coña, que te curte...
Después de que la pelirroja tirara el brazo rápido, pensé que se armaba.
- Fuera, fuera, vete a dormirla.

Superado esto, vamos al escape, donde pretenden que desembolsemos siete euros por persona, nos ponemos cabezotas -más que nada porque nos divierte- y en un descuido nos colamos en el bar. Una mano como-boca-de-lobo me agarra de la chupa y me saca del garito.
- hoy no entráis, dice la puerta
- mala filosofía, le digo
Qué vergüenza.
Nos reímos.

No sé cómo, acabamos yendo en coche hasta el Medea... ::medea, medea::... con una tal puri, una tipa que conduce que no parece haber bebido (le estrecho la mano, me presento, mano firme, venga, me fío) y una colombiana. Yo me monto mis historias, Puri y la conductora están liadas y esto es un juego morboso que se traen entre ellas, salen a ligar juntas sin decir que son pareja y somos las elgidas, la colombiana parece una espontánea... yo siempre inventando.

En un momento de la noche, mi subconsciente me traicionó y grité a la lucense como si fuera un demonio mío. No lo recuerdo.
- si te quieres ir te vas.
Mordiente.
A pesar de eso,
(- mañana te lo explico, y así fue)
bailamos tan bien como siempre, todo bien. Hermanas.

Fuera del coche, Puri se hace tres carreteras blancas sobre el abono mientras camina
- soy una profesional
y me invita. Pequeñas dependencias, caminos de exceso para pensar en la frontera que queda entre las cosas. Abandono el consciente, paso muchísimo. Me muero por bailar.

Bailando hasta las siete de la mañana, soñando en movimiento, pensando en Salomé, pensando en el blanco de mi nombre y en mi cadera -con las corespondientes agujetas del día después-, los ojos hacia dentro.

Dormimos las tres juntas. Me levanto y pienso que me encanta dejarlas durmiendo y que están preciosas en mi cama. Sí, sí, todo muy bollo, pero sin rollos, aunque la verdad que no lo recuerdo. A veces el mundo es una ensaimada.

El Domingo es una larga mañana prolongada hasta las ocho de la tarde, tiradas por mi habitación, con la pelirroja de resaca -que me dice que parezco homer cuando intenta escuchar y piensa en donuts- y la lucense, que dormita de vez en cuando y se pone celosa. Todo el día de resaca, muertas de risa por las esquinas, porque la pelirroja leyendo a Bukowsky no tiene precio.

Si me lee mi "galeguinha"... deixa a porta da xanela aberta...

Escrito por Artemisa a las 24 de Mayo 2004 a las 10:49 PM
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